.
Mi alma gemela, mi media naranja
En terapia individual, me encuentro muchas veces con personas con la creencia de que existe “mi alma gemela”, «mi media naranja» . Una persona que está hecha para nosotros, que nos completa, con la que seríamos “perfectamente” felices.
Esa persona está en algún lugar esperando ser descubierta, y cuando la encontremos seremos felices “para siempre”.
El hecho de no encontrarla justifica los fracasos emocionales, y la supuesta “mala suerte”
Pero realmente, eso es sólo una creencia, es lo que nos hemos contado que es la realidad.
Es una fantasía, muy generalizada, que nos aparta del bienestar.
Pensar que sólo existe una persona ideal que nos va a dar la felicidad completa, y que llena todos nuestros vacíos, haciéndonos sentir dichosos, es renunciar a nuestra fuerza, nuestra plenitud, y pensar que hay alguien hay fuera, que nos convierte en mejores personas, y que sin “ese alguien”, estamos incompletos, somos una mitad.
Somos seres completos que en algún momento lo hemos olvidado, y el buen compartir, es desde la plenitud. Cuando yo estoy lleno de amor propio, de amor hacia uno mismo, entonces es cuando aparece el “buen amar”. Cuando he afianzado mi autoestima, y autorespeto, entonces el compartir amplifica mi bienestar. Desde ahí, encuentro personas que me aportan y a las que aporto, y suelto la imagen infantil de que sólo una persona es “ideal” para mí.
Cuando me amo, amo de calidad, y recibo amor pleno y adulto. La mejor forma de tener una pareja que nos llene, es haber trabajado en nosotros, en nuestro bienestar, en nuestra fuerza, respeto y conciencia, y desde ahí, existen personas que están esperando compartir amor, experiencias y proyectos vitales.
Si quieres ser amado, primero ámate. Si quieres ser respetado, primero respétate. Si quieres ser cuidado, primeo cuídate. Si quieres ser comprendido, primero comprendete.
Todo lo realmente profundo, estable y valioso, pasa primero por el trabajo interior.
Recuerda, no eres una media naranja, eres una naranja completa que quiere compartir con otra naranja.
TOMANDO CONCIENCIA DE QUE ERES UNA NARANJA.