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Crisis de Identidad
Hay momentos en nuestra vida que podemos sentir que no sabemos qué queremos, qué somos, hacia dónde ir, o a qué dedicar nuestros esfuerzos.
La sensación de habernos perdido a nosotros mismos produce una gran sensación de soledad, y de incomprensión.
Pensamos que no podemos ser comprendidos porque nosotros mismo no nos podemos comprender.
Soledad, angustia, frustración, apatía o tristeza, son algunas de las emociones que nos pueden acompañar en estos momentos.
¿Qué nos puede llevar a pensar que no sabemos quién somos?
A lo largo de nuestras vidas hay tensiones, circunstancias o situaciones que suponen un gran cambio, un cambio con respecto a todo lo vivido anteriormente.
Cumplir determinada edad, independizarse, pérdida de empleo, pérdida de seres queridos, la llegada del primer hijo, menopausia, jubilación….
Son cambios profundos con respecto a lo vivido hasta entonces.
Estos cambios se pueden vivir como una crisis de identidad, en las que todo lo que conocemos pierde sentido. Nuestras creencias caen y perdemos parte de lo que creíamos que éramos.
Nos sentimos abatidos, angustiados, sin certezas y con una sensación de indefinición.
Todo ello acompañado de una sensación de soledad e incomprensión.
Es el preámbulo de un gran cambio, cuando los roles, los papeles que hemos jugado en nuestra vida dejan de tener sentido, nos da la oportunidad de que emerjan de nosotros todas aquellas posibilidades que estaban dormidas y no habían sido tenidas en cuenta.
En esos momentos es una oportunidad única para descubrirte, para conocerte y para dar espacio a partes de ti que no conocía.
Esta crisis es una gran oportunidad de crecimiento, de darte permiso a ser, sentir y hacer de forma diferente, de esas formas a las que no te había dado permiso.
Apuesta por ti, y redescúbrete como una persona más completa, llena de posibilidades y de oportunidades, sin los corsés del pasado